Interview with the Ambassador of the Dominican Republic to Japan, H.E. Mr. Robert Miky TAKATA Pimentel - 一般社団法人 ラテンアメリカ協会

Interview with the Ambassador of the Dominican Republic to Japan, H.E. Mr. Robert Miky TAKATA Pimentel


El Excelentísimo Señor Embajador Robert Miky TAKATA Pimentel concedió una entrevista por escrito para la revista ‘Latin American Quarterly’ de la AJALAC (Asociación Japonesa de América Latina y el Caribe) en su edición del otoño de 2021 publicada a finales del octubre del mismo año. La transcripción integral de dicha entrevista es como sigue:

-Su Excelencia es el primer embajador nikkei de su país en Japón, que asumió el cargo hace menos de un año. ¿Cuál es su impresión de los japoneses y la vida en Japón?

Bueno, he asumido el cargo desde diciembre del pasado año, pero conocía Japón antes pues viví acá por espacio de 10 años, entre 1995 y 2005.
Pienso que los japoneses son una raza de personas laboriosas, comprometidas y sobretodo conscientes del rol que les corresponde como ciudadanos en el proceso de desarrollo y bienestar de su país.
Es un país en donde existe mucha organización, mucho respeto al derecho de las personas, al tiempo (puntualidad), a la vida en sociedad en su conjunto y, por tanto, pienso que, esos elementos hacen de esta nación un lugar sumamente particular, y en cierto modo, especial.

-En Japón, la República Dominicana es conocida como país de los hermosos centros turísticos del Caribe y de los excelentes jugadores de béisbol, pero ¿de qué se siente orgulloso el pueblo dominicano por su cultura, historia y tradiciones?

Evidentemente nuestra ubicación geográfica hace que tengamos la dicha de tener en un pequeño espacio territorial de poco mas de 48 mil kilómetros que, sin embargo, conjuga en su interior unos cinco espacios microclimáticos que, junto a nuestros cerca de cinco mil kilómetros de hermosas playas, nos convierten en un paraíso en medio del Caribe.

Ese elemento, conjugado con el potencial enorme de nuestros beisbolistas, nos llena de mucho orgullo. La labor de estos últimos es fenomenal y es, con certeza, una de las mejores cartas a la hora de avanzar temas en la agenda bilateral entre República Dominicana y Japón.

Sin embargo, República Dominicana es una cantera inagotable de historia cultura y tradiciones. Recuerda que nuestro país fue el punto de encuentro de dos civilizaciones en 1492 y puerta de entrada del mundo europeo en el continente americano.
De allí que en nuestro país se encuentren vestigios, no solo de los aborígenes que habitaban la isla a la llegada de los españoles en 1492, sino también de los primeros conquistadores europeos en América.

Pero adicionalmente tenemos una rica gastronomía, una inestimable riqueza minera, una espectacular capacidad de crear ritmos musicales, (aparte del merengue y la bachata, expresiones musicales autóctonas que han sido declarados como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad), así como un potencial enorme en el ámbito de la producción cinematográfica. Solo por mencionar algunas de estas producciones para cine cabe destacar, por ejemplo: escenas de Godfather II, Apocalyse Now, Jurassic Park, el Buen Pastor, Rambo. First Blood II, Fast and Furious y más recientemente la película OLD, que se promociona incluso acá en Japón.

-¿Qué opina de la relación bilateral entre Japón y su país? ¿En qué campos le gustaría centrar sus esfuerzos como Embajador para fortalecer las relaciones bilaterales?

Las relaciones bilaterales entre Japón y la Republica Dominicana tienen lazos muy profundos.

Actualmente trabajamos de manera denodada en el fortalecimiento de estos lazos y, personalmente aspiro a la ampliación de las áreas en las que, como socios en el desarrollo, podemos colaborar.
Estamos desarrollando una agenda integral de trabajo que abarca los temas políticos, los económicos-comerciales, los culturales, así como la colaboración en el ámbito de la tecnología y la ciencia.
Por supuesto, no aspiro a que solo República Dominicana se beneficie de esta interacción, sino a que ambas partes salgan gananciosas y que, además, el trabajo coordinado entre Japón y la Republica Dominicana produzca también bienes públicos regionales y globales que sirvan a los ciudadanos de ambos países y a la comunidad internacional en su conjunto.

-Más de una docena de empresas japonesas ya están operando en la República Dominicana, pero ¿en qué áreas se espera más inversiones en el futuro? ¿Cuáles son sus atractivos como destino de inversión extranjera?

Estamos sumamente agradecidos de la inversión japonesa en la Republica Dominicana, sin embargo, estamos abiertos a recibir mucho más.
La República Dominicana mantiene acuerdos de libre comercio con 49 países, lo que garantiza que los productos manufacturados en el país por cualquier inversionista tengan acceso preferencial a aproximadamente mil millones de personas, tanto en los Estados Unidos, como en los países que conforman la Unión Europea, Reino Unido, Países de Centroamérica y El Caribe y Panamá.

Somos uno de los principales destinos de inversión extranjera directa en América Latina, por lo que la República Dominicana puede ser una plataforma para la expansión internacional de las empresas japonesas en toda el área del Caribe, Centroamérica, Estados Unidos y la Unión Europea, sin contar además con la cercanía a los mercados de América del Sur y los países del litoral atlántico del continente africano.

Además de ese elemento la Republica Dominicana goza de seguridad jurídica, estabilidad económica y política, mano de obra barata y capacitada, cercanía a los mercados antes mencionados, sistemas avanzados de conectividad y logística, así como un régimen especial de zonas francas que permite la inversión extranjera con una serie de privilegios que no son otorgados en ninguna otra parte del mundo a ningún inversionista.

-Creo que la presencia de inmigrantes japoneses y de la comunidad nikkei en su país es importante para la promoción de las relaciones entre los dos países. ¿Podría contarnos sobre su historia y situación reciente?

República Dominicana y Japón establecieron relaciones diplomáticas en 1934, las cuales fueron interrumpidas al iniciarse la Segunda Guerra Mundial.

En 1952 fueron restablecidas, pero fue en 1957 cuando se abrieron embajadas en los dos países y además se firmó un acuerdo para la supresión del visado reciproco. Esto coincidía con la llegada a la República Dominicana de los inmigrantes japoneses en busca de opciones de vida para ellos y sus familias. De modo que pienso que las relaciones entre los dos países se han ido desarrollando a la par de la historia de los inmigrantes en el país.

Una de las familias que llegó en 1957 fue la de mi padre, que llegó a la edad de nueve años, junto con mis abuelos, provenientes de Eicho, Minami Kyushu, de Kagoshima.Mi padre luego se casaría con mi madre, dominicana, oriunda de Constanza, con la que procreó cuatro hijos, de los cuales soy el mayor.

He vivido antes 10 años en Japón, regresé a Republica Dominicana en el 2005, viví por un año en Puerto Rico, casé con una dominicana con la que he procreado dos niños de 9 y 7 años actualmente, estudié Relaciones Internacionales, Derecho, con maestría en Alta Gestión Publica, diplomado en formación y gerencia política, y con estudios en derechos humanos, relaciones económicas internacionales, integración regional, cooperación internacional, resolución pacífica de conflictos, relaciones domínico-haitianas, entre otros.

Trabajé por espacio de dieciséis años en el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Republica Dominicana y, el 8 de noviembre del pasado año fui designado por el presidente Luis Abinader como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la Republica Dominicana en Japón, con el objetivo principal de fortalecer nuestras relaciones bilaterales.

-En su país, el presidente Luis Abinader está en el poder tras el cambio de gobierno en las elecciones del julio del año pasado, ¿cuáles son los temas de política que prioriza el gobierno?

La política interna del presidente Abinader abarca de manera integral una serie de temas cuya visión pretende realizar los cambios necesarios para la modernización, el desarrollo social y económico, así como el fortalecimiento de la institucionalidad que permita la mejoría de las condiciones de vida de los dominicanos.

En la política exterior se prioriza la sinergia positiva con países alineados a valores universales como el respeto a los derechos humanos, democráticos y al fortalecimiento de las relaciones bilaterales en materia de colaboración en temas de investigación, ciencias, desarrollo humano, mejora de condiciones de vida de los ciudadanos y apoyo en el ámbito del multilateralismo.

-Su país, rompiendo la relación con Taiwán en abril de 2018, estableció las relaciones diplomáticas con China, ¿cómo es la relación con China? Recientemente, la tensión entre Estados Unidos y China se ha acentuado, ¿eso le afecta algo a su país?

República Dominicana estableció relaciones con China y rompió relaciones con Taiwán el 1 de mayo de 2018.

Posterior al establecimiento de estas relaciones ambos países han trabajado en su fortalecimiento, atendiendo a intereses pragmáticos de ambas partes.
El gobierno del presidente Luis Abinader, garante del carácter unitario del Estado dominicano establecido en la Constitución de la Republica, ha respetado esta decisión, pero ha establecido algunos límites atendiendo a principios de seguridad nacional.

Los Estados Unidos son el principal socio político y comercial de las Republica Dominicana. Esa realidad no ha cambiado y no cambiará pues el actual gobierno prioriza de manera constante las relaciones con ese país, con el que lleva hacia adelante una agenda integral de colaboración en distintas áreas.

-Si tienen algún mensaje para los lectores, por favor.

Finalmente, me gustaría agradecer a esta revista por el honor de contar con su interés en nuestro trabajo y en la República Dominicana.

El mensaje que quiero dejar plasmado acá para los lectores deseo orientarlo básicamente a la idea de que, nuestro trabajo en este país, aparte de que es un tributo a la memoria de la familia de mis abuelos y mi padre, tiene como objetivo implementar una agenda integral que permita a Japón y a la República Dominicana continuar por las sendas del progreso, del desarrollo, así como fortalecer los lazos de hermandad existentes entre nuestros pueblos y gobiernos.

Esa agenda integral se orienta además en la intención de lograr mayor inversión japonesa en la República Dominicana, así como el incremento del intercambio comercial, cultural y tecnológico, que permitan obtener resultados positivos para ambas partes.

FIN